"Big Tech almost demands our silence in exchange for the use of their services." PART 1: Interview with DJ Outvertigo

An illustration of DJ Outvertigo, decorated with olive branches, kuffiyeh patterns and elements of the sea

Crédito de la imagen

Laura Ibanez

Autor

Archismita Choudhury
Publicado el: 22 March 2025

En 2024, la DJ Outvertigo, quien creó una lista de reproducción para el foro en vivo Take Back The Tech! sobre temas críticos de vigilancia, fascismo tecnológico y geopolítica de la IA (Inteligencia Artificial), nos acompañó en una amena conversación que se centró en las fuentes seleccionadas en su lista de reproducción, la cual se puede consultar aquí.

DJ Outvertigo, investigadora sobre las personas refugiadas palestinas, nació y creción en el Líbano. Investiga la vigilancia en el ámbito académico y la producción de conocimiento anticolonial para su doctorado. Su trabajo se centra en la vigilancia, el fascismo tecnológico y la geopolítica de la IA.

Su lista de reproducción recopila palabras, ideas e imágenes, fragmentos que han iluminado el camino en momentos de apocalipsis absoluto. Cuando el mundo se parte en dos, cuando parece que no queda ningún terreno firme sobre el cual pararse, esta lista es un recordatorio que el único camino es seguir avanzando. 

Palestina es un hilo que nos une, sin importar dónde estemos, porque lo abarca todo y resume nuestra lucha diaria. Palestina significa resistencia, significa vida que se niega a ser apagada. Significa determinación para soñar, para aguantar, para luchar por un mundo mejor para todos.

Esta entrevista tuvo lugar entre Archismita de Take Back The Tech! y DJ Outvertigo. Todos los enlaces de la entrevista forman parte de la lista de reproducción de DJ Outvertigo.

La entrevista se publicará en tres partes. Esta es la primera.

Archismita: Gracias por acompañarnos en esta entrevista, DJ Outvertigo. La conversación de hoy girará en torno a tu lista de reproducción, tus experiencias en la investigación de la vigilancia en el ámbito académico y la producción de conocimiento anticolonial, así como la defensa de cuestiones críticas como la vigilancia, el fascismo tecnológico y la geopolítica de la IA, todo ello centrándose en la resistencia palestina y libanesa al colonialismo y al genocidio. ¡Nos da mucho gusto que estés aquí!

DJ Outvertigo: ¡Gracias, Archie! ¡Me alegro de estar aquí y muchas gracias por dedicarme tu tiempo!

Archismita: Mi primera pregunta es la siguiente: la IA y la tecnología se ha utilizado contra la población civil en Palestina desde hace mucho tiempo, y es el «campo de pruebas» de las tecnologías bélicas que luego se exportan a todo el mundo. En este sentido, todos estamos conectados, y en este contexto, ¿cómo pueden las feministas y los progresistas participar de manera real y tangible en la lucha por la autodeterminación de Palestina? ¿Cómo podemos resistirnos a las formas en que las fuerzas hegemónicas se mueven en nuestro entorno? ¿Cómo podemos oponer resistencia a las formas en que las fuerzas hegemónicas se mueven en nuestros espacios y mentes? 

DJ Outvertigo: Creo que el término clave aquí es la idea de exportar, ¿cierto? Así que, aunque Palestina ha sido un campo de pruebas, «exportar» es el término clave en este caso. Esto no solo se refiere a la tecnología bélicas, sino también a la teconología logística e incluso en términos de infraestructura y construcción de asentamientos, por ejemplo; este tipo de tecnología también entra en la categoría de «exportación». Por lo tanto, las feministas y las personas progresistas de nuestros movimientos deben participar de manera tangible y material y resistirse a esto. Lo cual incluiría, sobre todo, la creación de alianzas y coaliciones contra la exportación de estas tecnologías desde un campo de pruebas, así como la idea de que, aunque surge de algún sitio, nos ha afectado a demasiadas personas e innumerables líderes de nuestros movimientos en todo el sur global.

Ya sea a través del software espía que se ha puesto a prueba en la población palestina, o a través de la estructura de los puestos de control, o a través de los sistemas Red Dwarf (enano rojo) y Blue Wolf (lobo azul), que no solo impiden que las personas vivan sus vidas con normalidad, sino también sobre la predicción. Y, en mi opinión, este tipo de tecnología siempre predice cómo vamos a luchar, cómo vamos a resistir o cómo nos vamos a mover. Y hemos visto (ver la lista de reproducción aquí - enlace) que esta tecnología no solo se utiliza dentro de una región, sino en todo el sur global. En algunos contextos, también se ha utilizado contra activistas en el norte global.

Así que esta (creación de alianzas y coaliciones) es la única vía que nos queda en este momento. No se trata solo de crear una alianza, sino de tener un frente y un objetivo común, tanto desde el punto de vista práctico como desde el estratégico. Tal y como has dicho, estas fuerzas hegemónicas se mueven en nuestro espacio y en nuestras mentes; también son capaces de desmovilizarnos y hacernos sentir que nada puede cambiar porque a menudo la tecnología se convierte en algo abstracto... ¿Y cómo se lucha contra una idea abstracta? Así que el elemento clave es comprender que es lo mismo en todas partes, que estas tácticas se utilizan en todas partes, y también que nuestra resistencia debe estar en todas partes.

Archismita: También hablaste de la importancia y el uso de la huelga —en empresas y perfiles demográficos— para llamar la atención sobre lo que está sucediendo en la región. En algunas ocasiones —¿o en la mayoría? —, esto ha dado lugar a represalias y despidos, sobre todo de personal empleado. Nos muestra que «la resistencia y la solidaridad son costosas», en tus propias palabras, y también escribes lo siguiente: «nuestros anuncios, nuestros feeds, nuestras vidas curadas, son cómplices, un cómplice silencioso en sistemas de opresión que exigen silencio como forma de lealtad».

¿Cómo piensas que podemos intentar romper esa complicidad, dado que estos sistemas mantienen gran parte de nuestra vida cotidiana en un callejón sin salida?

DJ Outvertigo: Creo que la idea principal en este caso es alejarnos también de la «política de la inocencia», o la política de decir que, si hacemos una cosa, entonces eso significa que no somos tan cómplices o que no somos responsables de que algo suceda. Esto no solo es importante para Palestina, sino también en otros contextos en los que se emplea la misma tecnología que utilizamos para atacar o matar a personas. De alguna manera, damos por sentado que solo porque ocurre en otro lugar o solo porque tenemos que usar esta tecnología, eso nos hace, en cierto modo, menos cómplices. O incluso que, si hacemos algo, sin importar lo que sea, incluso si es simbólico, una acción o cualquier otra cosa, entonces tal vez no seamos tan cómplices. Esta es solo una forma de oponerse a un llamado a la acción que declara la urgencia basada en un caso.

Es por eso por lo que pensaba en cómo todo lo que hacemos está ligado de alguna manera a esta tecnología, ya sea a través del trabajo o solo por existir en el mundo actual. Es como si el simple hecho de existir hoy en día nos arrastrara a ello y nos hiciera cómplices, aunque nos resistamos. También tenemos que interactuar con los sistemas de vigilancia que nos rodean, aunque a veces no seamos conscientes de ello.

Ya sea con la seguridad fronteriza, como al cruzar las calles, o si es dentro de nuestros automóviles, ¿sabes? está en todas partes. Así que la idea es que romper esta complicidad no significa necesariamente que queramos desconectar todo, aunque eso sería un gran sueño, pero no se trata de eso. Se trata también de entender que lo que esta tecnología tan omnipresente y dominante, o de forma más precisa, lo que las empresas que la fabrican, asumen o esperan es que, debido a nuestra gran dependencia de sus servicios, debemos guardar silencio sobre lo que ocurre en otros contextos, o sobre lo que le ocurre a personas que no somos nosotres, o a personas que también utilizan la misma tecnología (y son atacadas por eso).

Básicamente, se trata de la idea de que, si todos somos cómplices, no podemos permanecer en silencio todos al mismo tiempo. Es como si tuviéramos que elegir una categoría, y creo que también tiene que ver con cómo las grandes empresas tecnológicas casi exigen nuestro silencio a cambio del uso de sus servicios. Se ha escrito mucho sobre cómo intercambiamos nuestra privacidad para obtener servicios, tales como tecnología, acceso a Internet o acceso a diferentes programas de software o herramientas de redes sociales. La privacidad era la moneda de cambio, pero lo que decimos ahora es que la moneda de cambio es, en realidad, el asesinato activo de otras personas. Así que ahora no solo intercambiamos nuestra privacidad, sino que es como si la tecnología tomara decisiones unilaterales en este intercambio y no nos quedara más remedio que aceptarlo. Lo único que tenemos que hacer es estar, o sentirnos, tan entusiasmades con toda esta nueva tecnología y no cuestionarnos lo que está sucediendo en segundo plano. ¿Cuál es el acuerdo que a veces se hace, en el sentido más literal, con sangre? ¿Qué es lo que nos ha llevado al momento actual en el que celebramos una nueva tecnología?

No se trata solo de romper. También se trata de entender lo que estamos vendiendo y a qué precio llega nuestro compromiso con estas tecnologías. El primer paso es nombrarlo y entenderlo por completo para empezar a imaginar formas de romperlo, porque saben que cuando dependemos de sus servicios, no hay forma de que podamos alzar la voz. Ocurre algo parecido que cuando las personas solían decir: «no puedes ser marxista si tienes un iPhone».

Ahora parece que no puedes hablar en contra de la vigilancia si tienes un pasaporte biométrico. Se trata del mismo tipo de estrategia a la que se recurre sin cesar.

Nota de la entrevistadora: A principios de marzo de 2025, durante una reunión con el personal en la sede de Microsoft en Redmond, cinco trabajadores de Microsoft le preguntaron al director ejecutivo de Microsoft, Satya Nadella: «¿Nuestro código mata a niños, Satya?», según lo publicado por la campaña No Azure For Apartheid, una coalición de personal de Microsoft que exige que Microsoft rescinda todos los contratos y alianzas de Azure con el ejército y el gobierno israelíes. Pese a permanecer en silencio con su pregunta impresa en sus camisetas, el personal de seguridad rápidamente les expulsó y les prohibió volver a entrar en su propio evento.

Five workers standing in the midst of other workers with text on their tee-shirts saying, collectively "Does our code kill kids, Satya?"

Los altos directivos se negaron a responder en directo a las preguntas del personal en esa reunión abierta, y siguen «guardando silencio o desviando la atención cuando se les pregunta en plataformas internas y en las sesiones de preguntas y respuestas de los directivos para responder a las inquietudes del personal sobre las recientes denuncias del papel preponderante de Microsoft en el genocidio de personas palestinas que se está llevando a cabo por Israel». La campaña añadió que personal de Microsoft de todo el mundo ha expresado que no se ofreció a trabajar en una empresa de armamento y que no da su consentimiento para que su trabajo implique escribir código que mata.

Los ejecutivos de Microsoft son cómplices activos del genocidio de Palestina por parte de Israel. Al tratarse de una campaña liderada por el personal, nos negamos a aceptar el silencio como respuesta mientras Microsoft sigue beneficiándose del genocidio. Hacemos un llamamiento al personal, a la comunidad estudiantil, a quienes organizan a la comunidad y a todas las personas con conciencia a que se sumen a nuestra exigencia de que Microsoft rinda cuentas».